Tipea lo que deseas buscar y luego pulsa Enter:

Alfabetización en Argentina

Por: Agustina Lopez Perez  |  Sábado 13 de Agosto de 2022

“UNESCO: Dos de cada diez personas en América Latina no tienen los niveles mínimos de comprensión de lectura”, se titula una nota de la Deutsche Welle (DW), un medio alemán que detalla que la región tiene 32 millones de analfabetos, siendo los países más afectados Haití, con un 28% de población analfabeta, El Salvador con un 12% y Honduras con un 11%. 



Los países de América Latina que gozan de altas tasas de alfabetización son Chile, Bolivia, Ecuador, Costa Rica y Argentina con el 99% de sus poblaciones capaces de leer y escribir. 

Cuando se habla de analfabetismo en el marco de las políticas públicas, se aborda la problemática desde dos frentes: ampliando los alcances de los sistemas educativos para garantizar a los niños el acceso a la educación y, por otro lado, programas para que los adultos puedan alfabetizarse. La ONU asegura que en América Latina son evidentes los resultados de la primera estrategia: Cecilia Barbieri, jefa del área de Educación 2030, sostuvo que los “países en América Latina y el Caribe presentan avances sustantivos en las tasas de alfabetización de los jóvenes”.

Sin embargo, la problemática más urgente y significativa radica en el segmento de los adultos. “La tasa de alfabetización en ese grupo es de un 93,4 % en países de América Latina, y de un 90,2 % en países del Caribe. Y todavía existen muchos países en los cuales se mantiene bajo el noventa por ciento, con desventajas del lado de las mujeres”, señaló Barbieri.

Es importante detenerse un minuto en qué se comprende por “analfabetismo”, ya que es un concepto que mutó y que se adaptó a las demandas del mundo en distintos contextos. Según explica un artículo del medio Razón y Revolución, las esperanzadoras cifras sobre el analfabetismo en Argentina pueden encontrar su contracara en los aspectos no cubiertos por la definición de “analfabetismo”.

Las Conferencias Internacionales de Educación de Adultos (CONFINTEA), cuyo primer encuentro se realizó en 1949, se encargan de abordar las problemáticas relacionadas a la alfabetización de la población adulta. Para poder trabajar sobre ellas, buscaron estandarizar el concepto de analfabetismo con el fin de poder comparar las estadísticas entre los países que formaban parte de los encuentros.

En 1960 la CONFINTEA definió como analfabeta a “toda persona que no sabe ni leer ni escribir” . Cinco años más tarde, la CONFINTEA incorporó “una segunda categoría, la del analfabetismo funcional”. Este concepto se entiende como la persona que “no puede emprender aquellas actividades en las que la alfabetización es necesaria para la actuación eficaz de un grupo y comunidad y que le permitan asimismo seguir valiéndose de la lectura, la escritura y la aritmética al servicio de su propio desarrollo y del desarrollo de la comunidad”. En otras palabras, la persona ya no puede aplicar las habilidades de lectoescritura porque no la utilizó durante un largo tiempo y las olvidó. 

El concepto siguió variando y mutando en respuesta a los cambios que se vivieron y se viven a nivel mundial. “El nuevo paradigma enfatiza la ‘educación a lo largo de toda la vida’ y la enmarca dentro de un ‘entorno alfabetizado’”, redacta Razón y Revolución. Además, la ONU también incorporó las competencias matemáticas como un indicador de una educación óptima. “Si se examina la suficiencia de competencias con relación a lectura y matemáticas al finalizar la secundaria baja, los resultados son alarmantes: sólo un 54,1% tiene los niveles de suficiencia en lectura y el 36,9% en matemáticas”

La directora de Educación 2030 sostuvo que “dos de cada diez jóvenes y adultos de la región no tienen los niveles mínimos de suficiencia en lenguaje y tres de cada diez no los tienen en matemáticas”.



Lo que esconden los números de Argentina

Es importante volver a los resultados del Censo 2010, mientras la población argentina aguarda los resultados del censo realizado en el 2022, después de dos años de pandemia en los que el sistema educativo fue fuertemente golpeado. Hace 12 años, el censo concluyó en que el 1,9% de la población argentina era analfabeta, un número significativamente bajo en contraste con el 28% de Haití, el 12% de El Salvador y el 11% de Honduras.

En septiembre de 2019, un estudio realizado por el Defensor del Pueblo Adjunto General de la Provincia de Buenos Aires, Walter Mertello, señaló que:
Walter Mertello distingue dos tipos de analfabetismo: el relacionado con la lectoescritura y el de la formación en las tecnologías de comunicación vigentes (TICs), lo que provoca una “brecha digital”. “Esta situación se manifestaba en un marco socioeconómico determinado, caracterizado por un incremento de la pobreza estructural, del desempleo, y de serias dificultades económicas que afectan a todos los sectores de la sociedad, pero que golpean con mayor crudeza a los más vulnerables”, explica.



El problema que enfrenta Chubut

Según Infobae, la Iglesia emitió un comunicado denunciando la “tragedia educativa” que vive Chubut. Los alumnos del sistema escolar de la provincia patagónica, hace 5 años que no asisten una semana completa a la escuela. Los chicos pasan de año por decreto, mientras que los obispos aseguran que los niños de los últimos cursos de primaria no saben ni leer ni escribir bien.  “Los docentes saben que estamos ante una generación de semianalfabetos y analfabetos”, afirmaron desde la institución.

La problemática nace de los conflictos entre el gobierno provincial de Arcioni y los gremios de docentes. El gobernador decidió entonces descontar del salario de los docentes cada día de paro de los manifestantes, pero en vez de apagar el fuego, esta medida pareció reavivarlo.

De cara a los resultados del último censo
    
La pandemia sacudió todas las áreas de la vida social en Argentina y en el mundo. La educación no pudo sortear el golpe y tambaleó repetidas veces, según señala el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC). A su vez, la institución advierte que “7 de cada 10 alumnos tuvo bajo o nulo vínculo con sus docentes: no recibían tareas o lo hacían una sola vez por semana. Tampoco recibían las devoluciones" Además, señalan que “en el primer semestre de 2021, hubo semanas en las que 9 de cada 10 estudiantes no asistieron a las aulas”.

Tras 12 años sin sondeos, una pandemia mundial y el conflicto en Chubut, los resultados del censo 2020 (realizado en 2022), dejarán ver las consecuencias de un sistema educativo gravemente golpeado. 
 

Otras notas de esta sección

Formulario de contacto:

(*) Campos requeridos

Iniciar sesión:



Crear cuenta

Crear cuenta:

(*) Campos requeridos

Ir arriba