Mateo es un títere que recorre las casas de los niños y niñas, quienes lo cuidan y lo visten a gusto, y busca involucrar a los alumnos a partir del relato de sus aventuras. El proyecto se inició en 2015 como una propuesta pedagógica para zonas vulnerables, donde se calcula que el 45% de quienes egresan de la Escuela Primaria no puede comprender textos. Siete escuelas y dos centros comunitarios del Gran Buenos Aires y de Pichanal, Salta ya están trabajando con Mateo. Soledad Viel Temperley y Paula Campos generaron esta propuesta desde su conocimiento y de la experiencia previa generada desde su actividad docente en escuelas de barrios vulnerables.

El Proyecto aborda la planificación de Lengua y Ciencias. Con la idea de integrar conceptos del Diseño Curricular mediante una propuesta innovadora y creativa, incluye una Guía para docentes de 1° y 2° grado, material para el aula y para los niños . “No nos podemos quedar con la educación de hace años porque los pibes son otros y la educación cambió, ni sentir que el sistema es un corset que nos impide crear. Tenemos que hacer acuerdos y modernizarnos porque estos pibes tienen derecho de aprender a leer y escribir”, enfatiza Paula Campos.

Mateo es un personaje representado a partir de un títere, tiene la misma edad que los alumnos y le suceden cosas similares a ellos. Cada día, la maestra, narra las aventuras de Mateo por el barrio, lo que invita a que los chicos y chicas se involucren con el relato que lo sientan en primera persona, Mateo pasa a ser parte de la vida cotidiana de las familias. En este Proyecto, además, existe una sección llamada “Somos Comunidad” que consiste en que  cada quince días,  se selecciona una temática de índole o interés comunitario. Luego de esta elección, un familiar de alguno de los chicos se acerca al aula para contar su experiencia en su profesión y presentar así  un relato en primera persona. 



Otra arista importante en el Proyecto es que son las maestras quienes eligen introducir a Mateo en la escuela como una propuesta integradora entre la escuela, los alumnos y las familias. “Es importante no imponer y que sea algo por el cual la comunidad se lo vaya apropiando porque allí es cuando Mateo va a hacer magia. Lo que planteamos es que todo niño o niña puede aprender a leer y a escribir, pero lo que debe cambiar son las estrategias de abordaje frente a eso”, sostiene Paula.

Para quienes cursan Primer Grado, el eje de la propuesta está en aprender las letras: a partir de mensajes secretos que reciben los chicos y chicas y que deben resolver en el barrio. Mientras que, en Segundo Grado, la historia cuenta el momento que el abuelo de Mateo le regala un libro y este viaja al mundo de la fantasía.
Mateo es un recurso pensado a partir de la necesidad de los docentes de tener una herramienta simple, eficaz y didáctica para lograr equiparar esa diferencia entre lo que el niño trae de su casa y lo que la escuela pretende de él. El Proyecto ve como oportunidad, la posibilidad de tener un instrumento entretenido que se amolde a las necesidades de cada alumno con el propósito  de equiparar la brecha que existe en alfabetización.



Con la llegada de la pandemia, las docentes, junto con Mateo, debieron amoldarse para lograr llegar a los chicos y chicas de alguna forma. Así fue que surgió la posibilidad de abrir el canal de YouTube, "Mateo Propuesta de Alfabetización", e ir subiendo las actividades. “No usábamos las redes sociales por miedo o temor a la exposición de los pibes. Ahora nos dimos cuenta del impacto positivo que generó. Es emocionante pensar en lo que avanzamos desde marzo”, afirma Paula Campos.

Durante estos cinco años el proyecto se fue adaptando a las necesidades de la comunidad, con la idea de empoderarla. El mayor logro de Mateo es, justamente, lograr que ningún chico sienta fracaso durante el estudio, que el aprender sea una situación placentera y que el Plan logre traspasar las puertas de la Institución, involucrando también  a las familias en el proceso de aprendizaje de sus niños y niñas.