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Un punto de inflexión para la educación argentina

Por: EDUCREAR  |  Jueves 8 de Julio de 2021

En un nuevo aniversario de la promulgación de la Ley 1420 de Educación común, gratuita y obligatoria repasamos el proceso de sanción y sus puntos sobresalientes.



La sanción de la Ley de Educación Común llenó la aspiración más sentida de la época. Aspiración que nación en los ideales de Mayo y que culminó al promulgarse la Ley 1420, destinada a organizar la escuela primaria para la educación del pueblo. 

A fines del siglo XIX, un conjunto de leyes promovió cambios relevantes para la educación argentina. Entre los debates sobre la vida democrática argentina, surge la posibilidad de que se dictara una ley de educación pública común, obligatoria, gratuita, graduada y tolerante. Esta reglamentación fue la piedra basal del Sistema Educativo Nacional.

En 1884, bajo la presidencia de Julio Argentino Roca se sancionó la Ley 1420. Resultó uno de los debates más intensos y de largo alcance en la historia argentina. Diferentes puntos de vista en relación a la enseñanza religiosa, a la escuela mixta y al control del Estado sobre la educación, dividieron a la generación del ochenta. Aquellas divergencias se centraron en identificar un cuerpo de normas que reglamenten la educación gratuita y obligatoria.

Una vez que Roca asume su primera presidencia un 12 de octubre de 1880, a los pocos meses crea el Consejo Nacional de Educación, órgano cuya función fue la de conducir la política educativa nacional. 

El cuerpo de normas que se sancionaron hace 137 años fue un importante paso en el establecimiento de derechos para la población residente en territorio argentino al establecer una escuela obligatoria, gratuita, laica, común a todos y gradual. 



Desde su artículo 1, la Ley 1420 prevé que “la escuela primaria tiene por único objeto favorecer y dirigir simultáneamente el desarrollo moral, intelectual y físico de todo niño de seis a catorce años de edad”. Su obligatoriedad supone la existencia de una escuela pública al alcance de todos los niños, medio para el acceso a un conjunto mínimo de conocimientos, también estipulados por la ley.

En perspectiva, la sanción de democratizar la educación fue un escalón previo a la democratización política. Tal es así que la Ley de Educación 1420 pasó a ser, junto con la Ley Sáenz Peña que establece el voto universal secreto y obligatorio, una de las normas con mayor consenso social.

En el contexto de la sanción de la ley, el porcentaje de personas alfabetizadas en Argentina era muy bajo. Menos de uno cada cinco habitantes sabían leer y escribir. En la actualidad eso pasó a dos de cada tres y los menores de diez años están escolarizados en un 90% aproximadamente.

Esta ley, marcó un hito en la etapa fundacional del sistema educativo argentino durante la cual se forjaron rasgos que permanecerán por más de un siglo: su carácter público, gratuito y obligatorio.

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