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Viajar para disfrutar la lectura

Por: EDUCREAR  |  Miércoles 27 de Diciembre de 2023

Un proyecto educativo fue reconocido con un importante premio
 



A solo 20 kilómetros de Rosario, Santa Fe, se encuentra la localidad de General Lagos, lugar donde habitan 4 mil personas y en el que, en 2021, abrió sus puertas la Escuela Pública “Sara Bartfeld Rietti”. Este nombre refiere a la primera mujer química nuclear de la República Argentina. La institución depende de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y se ubica en el Polo Educativo para el Desarrollo y la Innovación de la zona.

Gastón Daix coordina el área de Lengua y Literatura de la escuela. Su propuesta fue abordar la lectura desde el juego y el placer. Así, el alumnado podría sentir motivación al conectarse con los libros.  

El proyecto “Itinerarios de Lectura” comenzó en 2022 para tender puentes con las prácticas de lectura del nivel primario. Con esto consiguió el segundo Premio Vivalectura, reconocimiento de un concurso que contempla experiencias que promueven prácticas lectoras en distintos espacios educativos y sociales.

“Pasaportes de lectura” es una propuesta ideada por el laboratorio del ‘Science Research Association’ de Chicago. Este recurso fue pergeñado para hacer un seguimiento del puntaje obtenido en los tests que habían sido diseñados con el objeto de diagnosticar a qué libros de los listados podría acceder un estudiante en virtud de su grado de dificultad. 

“La literatura se nos presentó como la posibilidad de pensar un espacio de encuentro, no de huida, pero sí una experiencia de viaje hacia otras realidades, experiencias e ideas: las de la ficción. Y pensamos estrategias para que esto no fuera simplemente letra muerta sino parte de un proyecto en el que cada estudiante, con ayuda de su docente, pudiera no solo recorrer una serie de textos escogidos por nosotros, sino también elegir por su cuenta al menos una lectura más, que realizaría de forma individual para compartir con sus pares en un contexto descontracturado”, expresa Gaston.

El criterio estratégico y el respaldo de la Universidad trajo como consecuencia que muchos estudiantes se sintieran atraídos por esta propuesta escolar. El principal valor que presenta la propuesta es la posibilidad de diseñar estrategias de fuerte acompañamiento que apuntalen, desde el aula, prácticas de lectura y escritura significativas que tiendan a aproximarse a textos complejos y extensos.



Para ello, esta iniciativa pretende tender puentes con las prácticas de lectura del nivel primario. De esta forma, se realiza un pasaporte de lecturas para que cada estudiante construya un registro personal en su recorrido lector.

Dicho camino comprende una selección de cuentos ofrecidos en una antología elaborada por el área de Lengua de la escuela. También se ponen a disposición novelas breves que pueden ser escogidas por cada estudiante, a partir de las que se trabajará en la producción de comentarios, impresiones y recomendaciones.

“El estudiante es puesto en situación de decir lo que sabe que su docente ya sabe. Esto genera que las obras leídas sean, para los alumnos, algo enteramente olvidable. Nos parece que los lectores necesitan saber que leer empieza por la difícil elección de qué leer y que en ello puede haber un desacierto”, detalla Daix.

El proyecto propuso una serie de objetivos:

-Fomentar la lectura por placer a partir de la construcción de un plan personal centrado en los propios intereses de los estudiantes.

- Propiciar instancias de escucha activa e intercambio a partir de experiencias de lectura, tanto individuales como colectivas.

-Alentar el agenciamiento crítico de los estudiantes como sujetos que, en el marco del gradual desarrollo de su autonomía, se reconocerán como lectores capaces de argumentar su valoración de los textos leídos y narrar las experiencias vividas en la lectura.

-Impulsar el registro escritor de la propia lectura como ejercicio crítico.



Estos “Itinerarios de lecturas” pretenden cuatro instancias que se retroalimentan entre sí. Los estudiantes desarrollan una lectura silenciosa del libro escogido, comentario en voz alta de la obra, discusión entre pares mediante preguntas emergentes y registro de la experiencia.

Toda esta información también forma parte de la práctica de lectura. Incluso el abandono de un texto no se toma como tarea no completada, sino que impulsa a los chicos a reflexionar sobre el motivo por el cual no se conectó con esa lectura.

“Con el tiempo se afianzaron las dinámicas propuestas y notamos mayor confianza en nuestros estudiantes. Darles la palabra, insistir en que es su derecho parece algo que se dice así nomás, pero es muy potente. La lectura en voz alta mejoró significativamente, como así también la capacidad de interrumpir la lectura para hacer comentarios, hacernos preguntas e incluso a veces poner en duda lo que dice el narrador. Es decir, ser incipientes practicantes de la crítica literaria”, detalla el coordinador del área de Lengua y Literatura

Alrededor de 110 estudiantes de la Escuela Sara Bartfeld diseñaron, imprimieron y encuadernaron sus propios pasaportes de lectura en unas pequeñas libretas (10x12 cm) cuyo interior se dividió en tres secciones:

-Tapa/contratapa: datos que identifican al dispositivo y su inserción institucional, como también un código QR que dirige a una lista de textos recomendados.

-Personalización:
junto con datos personales y gustos propios, también se propone un campo de “foto” con una silueta humana sobre la cual se alienta a que los estudiantes intervengan artísticamente para generar una imagen de cómo se ven a sí mismos o como les gustaría ser vistos.

-Lecturas visitadas: datos sobre la obra leída (título, autor, años de publicación), las circunstancias en las que esta es abordada por el estudiante, valoración de la experiencia (en escala de 1 a 5 estrellas) y una página de 15 líneas con un breve comentario donde se introduzca una reseña frente a la propia experiencia lectora.



“Los estudiantes con frecuencia no leen textos que estimen puedan ser mencionados como obras literarias. “No leo” es una frase que alude a “no leo lo que hay que leer”. Tenemos que hacernos cargo con una actitud un poco más irreverente en la lectura. La escuela acerca textos que posiblemente no haríamos por nuestra cuenta, pero por qué las lecturas extraescolares no pueden mezclarse con estas otras”, expresa Gastón Daix

La realización del proyecto que llevaron adelante logró amplios resultados. En primer lugar, todos los estudiantes superaron la resistencia a leer en voz alta y alcanzaron (en mayor o menor medida) el reconocimiento de su derecho a ejercer juicios críticos fundados.

Por otra parte, a partir del itinerario diagramado se evidenciaron casos de estudiantes que aprovecharon la ocasión para conocer géneros narrativos nuevos y ampliar su repertorio literario. Mientras que, de la misma manera, quienes se mantuvieron en una zona conocida, pudieron construir discursos argumentativos sólidos orientados a persuadir a sus pares.

Por su parte, los pasaportes de lectura poseen dos puntos a destacar. Uno es el carácter limitado del espacio ofrecido para escribir: propone el trabajo con borradores, revisados por los docentes, visibilizando el carácter procesual y recursivo de la escritura, la revisión del texto desde diversos aspectos (adecuación, coherencia, ortografía, originalidad). El otro es que existen indicios que reconocen una apropiación original del dispositivo que deparó las expectativas del proyecto, junto con la intervención creativa de espacios que habían sido diseñados para ser dejados en blanco o completados por docentes.

“El proyecto finaliza su segundo año de implementación con una importante novedad: con el premio adquirimos libros que están en la escuela y pueden sacarse en préstamos por los estudiantes. Acercar el libro y hacerlo en formato papel facilita la práctica del curioseo, tan sana para los lectores. Esperamos para el 2024 contar con recursos para hacer una tercera impresión de pasaportes de lectura”, comenta Daix.



¿De qué trata Vivalectura?

El Premio Vivalectura reconoce desde 2007 proyectos que promueven prácticas innovadoras. El certamen es una iniciativa del Ministerio de Educación de la Nación, a través del Plan Nacional de Lecturas, coordinado y realizado por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), con el patrocinio de la Fundación Santillana. 

Este año se presentaron 488 candidatos de todas las provincias en dos categorías:
escuelas de gestión estatal y privada (de todos los niveles de la enseñanza) y sociedad (ONG, bibliotecas, hospitales, fundaciones, particulares y empresas). La experiencia presentada por el docente de General Lagos ganó el segundo premio en la categoría escuela y fue seleccionada por un jurado presidido por la escritora Claudia Piñeiro.

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